Bienvenidos un nuevo año al Centro V Centenario y al blog sobre la igualdad . Este año queremos comenzar el curso con un gran artículo del 21 de mayo de 2007, por Marian Moreno Llaneza, para que nos ayude a reflexionar a toda la comunidad educativa. Os animo a que una vez leído hagáis comentarios a la entrada. Su contenido es el siguiente:
En primer lugar, recordemos que “Coeducar” significa educar a los niños y a las niñas al margen de todos los roles y estereotipos que nos impone la sociedad, de manera que todas las personas tengan las mismas oportunidades y no se les marquen diferencias culturales (juguetes, colores, formas de comportarse, etc) por ser varón o por ser mujer.
Es éste un esfuerzo muy grande dentro de los centros educativos, puesto que supone luchar contra lo que, a diario, ve nuestro alumnado en la televisión y en la propia sociedad en general. Para llevar la coeducación a los centros es necesario que el profesorado sea consciente de la importancia de tener una escuela igualitaria que responda a criterios democráticos y de justicia. Así, introducir la coeducación en un colegio o en un instituto supone realizar una serie de ajustes necesarios. Estos ajustes de los que hablamos tendrán una mayor e importante incidencia si la escuela camina junto con las familias. Los dos ámbitos juntos, el escolar y el familiar, tienen una tremenda fuerza que puede enfrentarse a lo que los medios de comunicación bombardean de continuo sobre nuestro alumnado: publicidad sexista, anuncios que fomentan los estereotipos de varones activos y agresivos, frente a mujeres sumisas, encargadas de las tareas domésticas y pasivas; películas en las que la sexualidad es valorada como cantidad en vez de cómo calidad; escasez de protagonistas femeninas que rompan con el papel tradicional de la mujer y que reflejen la diversidad que existe hoy en día; etc. Ente las cuestiones que tiene que plantearse un colegio coeducativo estaría:
- Un cuidado del lenguaje, de forma que se visibilizara la presencia de las niñas; por lo tanto, no es aceptable el uso del masculino como genérico puesto que esconde a las niñas y las minusvalora. Cuando empezamos a utilizar también el femenino, empezamos a darnos cuenta de la presencia de las niñas y de las mujeres en nuestros centros.
- Una revisión de los libros de texto y de los materiales usados, para no caer en fomentar estereotipos que empobrecen la imagen de hombres y mujeres; buscar materiales alternativos en los que se valore el trabajo realizado a lo largo de la historia por las mujeres, en los que aparezcan varones realizando labores domésticas y de cuidado de las demás personas, con sensibilidad y demostrando sus afectos; libros de lectura en los que la protagonista sea una mujer moderna, de nuestro tiempo; textos en los que el Siglo XXI entre en el aula y en los que se visualicen diferentes estilos de vida, de familia, de opciones, etc.
- Una formación por parte del profesorado y de las familias que ayude a realizar la labor coeducativa más fácilmente, con charlas, lecturas compartidas, etc.
- La reflexión diaria con el alumnado sobre cómo crear una sociedad más justa e igualitaria, que el sentido crítico les lleve a romper con los roles impuestos y les lleve a una vida más rica y más variada.
- El análisis crítico con el alumnado de los cuentos clásicos, y de otros no tan clásicos, que responden a estereotipos de género y que fomentan la falta de empatía en los varones y la sumisión en las mujeres.
- El análisis de los fondos de la biblioteca escolar, para que sea equilibrada en cuanto a autores y autoras, así como en el protagonismo de los libros, las ilustraciones, el mensaje implícito, etc.
Todo esto supone un esfuerzo que lleva a una satisfacción inmediata: la seguridad de estar trabajando por una sociedad más justa en la que nuestros alumnos sean más afectivos y lo demuestren y nuestras alumnas luchen por su autonomía y por su sitio en la sociedad. En esta labor estamos, con ánimos y con muchas esperanzas, sabemos que otro mundo es posible y queremos que las generaciones posteriores disfruten de él, por eso coeducamos.